“Las ferias especializadas son estratégicas: son una fuente de conocimiento imprescindible”
Con una trayectoria sólida de más de dos décadas en el desarrollo de soluciones tecnológicas para el tratamiento de residuos y la optimización de procesos, Javier de la Fuente Muñoz ha convertido a GSR-TECNOPROIN en un referente del sector. Su apuesta por la eficiencia, la sostenibilidad y el rigor técnico llevó a la empresa murciana a recibir en febrero de 2025 el Premio NOVA en la categoría Pyme, reconocimiento a la innovación que supone su sistema de tratamiento de residuos urbanos basado en la tecnología Tubular Renowaster.
Su liderazgo, sustentado en un profundo conocimiento del sector y una clara orientación a resultados, ha permitido a GSR-TECNOPROIN anticiparse a los retos del mercado y consolidar un modelo que mira al futuro: automatización, mejora continua y compromiso ambiental. En esta entrevista, exploramos su visión, los desafíos del presente y el papel decisivo de la tecnología en la transformación de la industria.
Su trayectoria profesional parte del sector alimentario, con casi 30 años diseñando y fabricando maquinaria para la industria. ¿Cómo llegó esa experiencia a convertirse en la base de GSR-TECNOPROIN y por qué decidió apostar por la valorización de residuos urbanos?
Efectivamente, nuestro recorrido profesional nace en la industria alimentaria, donde pasamos casi tres décadas desarrollando maquinaria y procesos. Con el tiempo, vimos la oportunidad de trasladar parte de ese conocimiento —especialmente en tecnologías de procesado y automatización— al ámbito de los residuos urbanos. Así comenzó una etapa de aprendizaje continuo: lo que hoy está instalado en nuestra planta poco tiene que ver con el diseño inicial, fruto de las mejoras constantes y de la propia evolución del proyecto.
Cuando fundamos GSR-TECNOPROIN en 2019, lo hicimos con una convicción clara: era necesario ofrecer, dentro de nuestras posibilidades, una alternativa real al modelo tradicional de vertedero. La descomposición de los residuos genera grandes emisiones de metano, un potente gas de efecto invernadero, además de provocar contaminación del paisaje y de las aguas. Frente a ese impacto, sentimos la responsabilidad —y también la ilusión— de desarrollar una solución más sostenible. Nuestro proyecto nació, por tanto, de la unión de dos vocaciones: la empresarial y la ambiental. Queríamos poner en valor la tecnología, sí, pero también impulsar un modelo capaz de trascender y generar un impacto positivo en la sociedad.
Si tuviera que explicar en una sola frase la misión de GSR-TECNOPROIN, ¿cuál sería?
GSR-TECNOPROIN aporta una solución real a la problemática de los residuos sólidos urbanos, sin emisiones, sin contaminación de las aguas y autosuficiente, energéticamente hablando.
Una de las innovaciones más exitosas de su empresa es el sistema Tubular Renowaster, que ha suscitado interés por recuperar hasta el 95% de materiales sin selección previa. ¿En qué se basa técnicamente el proceso y a qué tipo de empresas se dirige?
Es un proceso de desactivación bacteriana mediante pasteurización y esterilización (eliminando los olores) cambiando su morfología y permitiendo separar de forma ágil los subproductos que componen la caracterización de los RSU (la basura). Básicamente es una hidrólisis térmica que permite mayores rendimientos con la materia orgánica estabilizada térmicamente para la producción de biogás. Es una solución que va dirigida a empresas privadas y públicas que gestionan los RSU, procesando RSU, lodos de EDAR, algas de playas y vaciado de vertederos.
¿Cómo contribuye su tecnología a los objetivos de economía circular y a las metas de reducción de emisiones y consumo de recursos?
Nuestro proceso es “pura” economía circular, procesamos el 100% de lo que entra en planta y reciclamos más del 90%, el resto son inertes. Parte de los componentes reciclados vuelve a la cadena productiva, con el añadido de que la planta es autosuficiente, no consume recursos hídricos y el agua de proceso siempre es la misma en circuito cerrado. Al procesar en planta evitamos los gases de efecto invernadero a la atmósfera y no generamos el temido y oculto lixiviado, que a día de hoy es uno de los graves problemas que tienen los vertederos.
¿Dónde se ha instalado o probado ya esta tecnología?
Sí, la planta se ha instalado y probado en Lorqui (Murcia), que es una planta industrial. Y otra planta similar se instaló en Nueva Escocia (Canadá), ésta fue la primera y está dedicada exclusivamente a la producción de aceite pirolítico. Actualmente, estamos cerrando instalaciones en distintas localizaciones del estado español con consorcios y diputaciones.
¿Qué valoración extraéis de estas experiencias?
Los resultados obtenidos coinciden con lo previsto en el diseño, y su valor se aprecia especialmente al compararlos con las soluciones actuales del mercado: una planta que ocupa muy poco espacio frente a los extensos vertederos, sin generación de lixiviados ni necesidad de balsas, y con un proceso totalmente automatizado, a diferencia de la operativa tradicional de un vertedero.
El pasado año recibisteis el premio NOVA para una PYME por la Innovación en sus Procesos Industriales. ¿Qué supuso para usted y para su empresa este galardón?
Un reconocimiento a la “constancia constante” y a la perseverancia, a pesar de la ralentización que supone siempre trabajar con la administración pública.
Hablemos ahora del mercado y del entorno. ¿Cómo ve la evolución del sector de los residuos en España en los próximos años? Es decir, ¿qué retos tecnológicos cree que marcarán la próxima década en la valorización de residuos?
De todos es sabido que la directiva europea va alargando los horizontes para el cumplimiento de las normativas, ahora horizonte 2030, donde los vertederos deberían ir desapareciendo tal y como los percibimos actualmente (muy contaminantes y problemáticos). Se suben las tasas para obligar a los ayuntamiento, consorcios y diputaciones a buscar soluciones distintas al enterramiento de los residuos, además de cobrar un impuesto por llevar residuos a vertederos.
Por suerte, tenemos en nuestras manos tecnologías muy testeadas, como la generación de biogás, la gasificación y la pirólisis, que pueden dar soluciones integrales a los residuos sólidos urbanos. Y hay otras que se están perfilando, como el hidrógeno verde. En cualquier caso, los RSU tienen distintas utilidades y todas con un protocolo establecido por la regulación de medioambiente de cada comunidad autónoma. Lo último que deberíamos hacer, y así lo establece la directiva europea, es la incineración, es decir, no quemar los recursos.
En este sentido, ¿qué nuevas líneas de investigación o desarrollos tiene GSR-TECNOPROIN en marcha y cuál sería su mayor deseo para el sector de gestión de residuos?
En GSR-TECNOPROIN apostamos por dos líneas de trabajo: suministrar una masa crítica de materia orgánica estabilizada térmicamente con mezcla de otros residuos para los digestores anaerobios (generación de biogás) y la producción de aceite pirolítico (mediante instalaciones de pirólisis).
Centrándonos específicamente en España, ¿cuáles considera que son hoy los principales retos estructurales del reciclaje, tanto a nivel tecnológico como de concienciación, inversión o coordinación entre administraciones y sector privado?
Todavía generamos residuos.
Los procesos de reciclaje y valorización también afrontan el reto del control y filtración de emisiones (polvos, gases, olores, compuestos volátiles, etc.). Desde su experiencia, ¿cuáles son los principales problemas asociados a estas emisiones en las plantas actuales y qué soluciones tecnológicas o de diseño resultan más eficaces para mitigarlos?
Actualmente, hay suficientes tecnologías aplicables para el tratamiento de los RSU. En nuestro caso, lo tenemos todo encapsulado, pero hemos tenido que colocar filtro de mangas, ciclones, biofiltros……etc. Tecnologías muy consolidadas.
Polusolidos se ha consolidado como un punto de encuentro para profesionales de la captación, filtración y depuración de emisiones en procesos industriales. ¿Cree que es necesaria una feria especializada de este tipo para el sector? ¿por qué considera que resulta estratégica para impulsar innovación, colaboración y desarrollo industrial?
Totalmente. Nosotros hemos necesitado apoyarnos en estas tecnologías de captación, filtración y depuración de emisiones en procesos industriales, ya que así lo requiere la licencia ambiental para poder obtener las autorizaciones de puesta en marcha de la planta de tratamiento de RSU. Y este tipo de Salones siempre son una fuente de conocimiento del sector.
A nivel personal, ¿qué le motiva a seguir innovando en un sector tan complejo como el de los residuos?
En cualquier actividad o proyecto hay que intentar que sea algo estimulante y divertido, en resumen, disfrutar con lo que se hace. Es esto lo que nos lleva a seguir innovando.


